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lunes, 17 de febrero de 2014

Tus hijos te lo agradeceran "movilizate"


De lo más orgullosos que se pueden sentir unos padres, es de ver crecer a sus hijos sanos, fuertes, libres y felices. Los padres deberíamos tener la obligación moral no solo de  mantener este sistema, sino de ir mejorándolo, mejorando el mundo que nos rodea para dejarlo en herencia al único bien real que tenemos, “nuestros hijos” porque ni el dinero,  las propiedades,  los bienes materiales, etc… nada de esto sirve cuando te vas, y de eso no hay duda. Nos terminaremos marchando y previamente poco a poco nos iremos marchitando y nada material lo remediara.

Pero hay algo que si es tuyo, no de tu propiedad, pero tuyo, aunque con su autonomía, su independencia, “tus hijos”. Aunque te sientas débil, enfermo e incluso desahuciado, siempre te preocupan ellos más que tú mismo, sabes que algún día volaran del nido y sentirás una mezcla de angustia y melancolía junto a otro sentimiento de alegría y satisfacción.

Como reflexión  y volviendo al principio del tema que nos ocupa, no es una cuestión de ideologías a la derecha o la izquierda del río de la vida, ni de fe, frente a razón. El amor de una madre y un padre por sus hijos es el sentimiento más poderoso desde que el mundo es mundo. Digámosle alto y claro a todo ser humano, que piensen que tenemos el deber moral de luchar y defender nuestro estado de bienestar para dejarles una sociedad mejor para ellos, los más jóvenes,  desde la posición que tengamos, “todos somos iguales” y todos unidos somos más grandes, nadie por si solo vale nada, todos necesitamos de todos y todos debemos unirnos para defender una sanidad de todos y para todos independientemente de la profundidad de nuestros bolsillos. Todos debemos luchar por una educación pública y equitativa para todos, al margen de cuál sea nuestro poder adquisitivo y fuera de mercantilismos inventados e impuestos con grandes campañas de mentiras hechas por aves de rapiña cortoplacistas; así como con el resto de pilares básicos como dependencia, pensiones, etc…

Si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por la generación venidera, no es una cuestión de comodidad sino de compromiso, tus hijos te lo agradecerán. “Luchemos por lo que es nuestro y no dejemos que nos lo roben”